Detalles
Báñalo en lubricante, enfríalo en la nevera, caliéntalo en agua caliente, sácalo, mételo, bésalo, arrástralo por su espalda.
Haz con él lo que quieras, pero no perderás nunca su brillo (lleva un pulido manual) ni se va a convertir jamás en un viejo juguete oxidado
- Opiniones